Análisis: ¿Qué hace a un líder?
Resumen del Artículo del Harvard Business Review. America Latina
Aplicación de la inteligencia emocional en los negocios
Este es un artículo excelente de Daniel Goleman y a través de cuatro ideas que expreso a partir de cuatro citas textuales del paper intento resumir y debatir a modo de ensayo el contenido del texto.
1.- “… mi análisis reveló que la inteligencia emocional desempeña un
papel cada vez más importante en los niveles superiores de la organización,
donde las diferencias de destrezas técnicas son insignificantes. En otras
palabras, cuanto más alto sea el puesto de un profesional estrella, más se
podrá atribuir su eficacia a sus capacidades de inteligencia emocional”. Pág.
3.
La nueva valoración de la
habilidades blandas frente a los conocimientos técnicos, las destrezas y la
capacidad de análisis, son el resultado de esta nueva mirada o enfoque del
liderazgo que plantea Goleman. Su cambio de perspectiva que apunta hacia la
compleja naturaleza del ser humano y no sólo a su capacidad de razonar, acierta
de lleno. Al otorgar más importancia al lado emocional, humaniza la condición
de líder, ya que, si solo bastara con una alta capacidad de análisis, hasta un
algoritmo podría liderar una organización. Ahora, gracias a este nuevo enfoque,
liderar una organización o un grupo de personas implica no solo pensar en cómo
llegar a un objetivo, sino también como adaptar la estrategia a las personas
que la llevarán a cabo, las interacciones entre ellas y el líder. Cómo el líder
reaccionará cada día frente a un plan establecido es mucho más importante que
el plan en sí. Es por ello que, mientras más alto sea el puesto de un líder en
una organización las destrezas técnicas que siempre son significativas,
adquieren menos relevancia en comparación a la gestión de sus propias emociones
para influir sobre los demás y así alcanzar los objetivos, sacando provecho de
las destrezas de los que se sitúan en niveles más operacionales. El mérito de
Goleman no fue descartar la importancia de la destrezas técnicas del concepto
de líder, sino de dilucidar que existen otros factores más importantes que se
complementan con ellas, profundizó en un terreno donde solo se le daba
importancia a la superficie, y más aún, determinó que la inteligencia emocional
es todavía más específica, y que está estructurada por cinco componentes:
autoconciencia, autorregulación, empatía, motivación y habilidades sociales.
2.- “La autoconciencia es el ingrediente primordial de la inteligencia
emocional. Las personas que poseen un fuerte grado de autoconciencia no son ni
extremadamente críticas ni confiadas en exceso. Más bien son honestas consigo
mismas y con los demás”. Pág. 3.
Goleman afirma que la autoconciencia
es el ingrediente principal de la inteligencia emocional. Y lo es, porque para
poder tener control sobre las emociones es indispensable conocerse a sí mismo.
Podría pensarse que todos los componentes deberían tener la misma importancia y
que ninguno debería ser primordial, pero para poder aplicar la inteligencia
emocional, el líder o cualquier persona, debe partir por conocer cuáles son sus
niveles de desarrollo de cada componente, o por lo menos debe entender que
tiene inteligencia emocional, y para ello debe indagar primero en él. Un líder
debe ser consciente de cuáles son sus fortalezas y debilidades, sus límites y
mayores potencialidades. Debe ser franco consigo mismo y con los demás sobre lo
que puede hacer y cómo lo puede hacer de acuerdo a sus características propias.
Si siente miedo, tristeza, felicidad o ira, debe tener la capacidad de
discernir qué le está causando ese tipo de emociones y, al saberlo, poder
gestionarlas de acuerdo a la situación o contexto en que se encuentra en
determinado momento. Por lo tanto, tiene la capacidad de autoevaluarse, lo que
le permite dar lo mejor de sí planificando sus acciones a partir de sus
recursos e intuiciones.
3.- “Ningún líder es una isla. Al fin y al cabo la misión del líder es
lograr que el trabajo se haga a través de otras personas, y las habilidades
sociales lo hacen posible”. Pág. 10.
Al contrario de la autoconciencia que
representa la relación con uno mismo, las habilidades sociales se refieren a
las relaciones con los demás, algo vital para un líder. Ya que, como afirma
Goleman, ningún líder está solo ni hace todo el trabajo él mismo. En cierto
sentido, un líder con habilidades sociales implica que no se impone como el
único capaz de hacer las cosas, sino que requiere ayuda de los demás, pone en
evidencia que los aprecia y reconoce sus capacidades. Debido a esto ,sabe
relacionarse con ellos para conseguir sus objetivos personales o laborales.
Pero es una habilidad que trasciende mucho más allá de la misma organización.
Las habilidades sociales permiten tener una gran red de contactos que incluso
pueden incluir a personas de la competencia. Ningún lazo es inservible, todo
puede aportar. Y esto se logra por medio de la aplicación de, por ejemplo, la
autorregulación, en donde el líder controla sus impulsos y emociones y genera
contactos con personas que pueden ser muy difíciles de abordar o que no sean
agradables. También puede recurrir a la motivación, generando entusiasmo en los
demás, y así conectar con otras personas, o a través de la empatía, teniendo en
consideración los sentimientos de los demás para crear lazos con ellos. Tener
habilidades sociales le permite a un líder a través de la aplicación de los
componentes de la inteligencia emocional conseguir influir en las personas de
diversas maneras y crear equipos de trabajo, ya sea comprendiéndolas, con
humor, con ayuda, solucionándoles problemas, con el fin de que aquellas
personas lo ayuden a alcanzar sus objetivos, ya sean a corto o largo plazo, o
incluso los que todavía no existen, pero que lo harán en el futuro. Al utilizar
habilidades sociales siempre está enfocándose en lo que vendrá.
4.- “¿Hay investigaciones científicas que sugieren la existencia de un
componente genético en la inteligencia emocional. Estudios psicológicos
sostienen que la crianza también desempeña un rol. Quizás nunca se sepa cuánto
corresponde a cada cual, pero la investigación y la práctica demuestran
claramente que la inteligencia emocional se puede aprender”. Pág. 4.
Como bien afirma Goleman, la
inteligencia emocional es algo con lo que se nace, pero no viene completamente
desarrollada. Puede ser que, una persona nazca con alguno de los componentes
más desarrollados que otros, por ejemplo, puede nacer con una alta empatía,
pero con muy poca habilidad para relacionarse con los demás. Y así puede
suceder con la autorregulación, la autoconciencia y la motivación. Es por ello
que, a partir de la crianza y a medida que se van viviendo experiencias,
relacionándose con la sociedad, una persona puede ir desarrollando en mayor o
menor medida los diferentes componentes de la inteligencia emocional. Pero no
es algo que sea equitativo, puede ser que a pesar de todo, solo se desarrollen
algunos aspectos y no todo el conjunto, o simplemente nada. Goleman afirma que madurar
es precisamente desarrollar la inteligencia emocional, pero que, hay personas
que durante su vida no lo logran, y si quieren desarrollarla, requieren de un
programa de entrenamiento. Pero normalmente esos programas se basan en hacer
trabajar la parte analítica del cerebro (el Neocortex) y no la parte emocional
(el sistema límbico) que es donde está alojada la amígdala. Entonces, para
poder desarrollar la inteligencia emocional, se debe someter a las personas a
un entrenamiento hecho para hacer trabajar los neurotransmisores del sistema
límbico, y por sobre todo, la persona debe querer hacerlo, tener la predisposición
y el entusiasmo de que querer mejorar sus niveles de inteligencia emocional,
solo así, se podría aprender. Entonces, no es tan simple desarrollarla, debe
existir un esfuerzo consciente de querer hacerlo y, además, entrenarse para
ello. Puede ser que ser que al denominarse habilidades blandas se tienda a
pensar de que son fáciles de aplicar y que se da por hecho de que ya las
poseemos y sabemos utilizarlas, pero lo cierto es que encierra una gran
complejidad encauzarlas de manera adecuada. Aprender algo nuevo parece mucho
más simple porque no tenemos ideas preconcebidas al respecto, pero cambiar
algunas de nuestras conductas, algo que ya tenemos integrado en nuestro
sistema, es complejo. Desarrollar inteligencia emocional requiere traer al
consciente actitudes que se manifiestan de forma inconsciente, y así poder
cambiarlas.
Ricardo Carrión
Administrador del blog
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